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Jugando en Otro Juego

Existe un viejo refrán, muy utilizado, que dice que "los jóvenes son el futuro del país". La juventud en Argentina siempre ha sido motor de cambio, tanto desde lo social, como desde lo político o lo cultural. Luchas que quedarán en nuestra historia para siempre, como "la noche de los lápices" o la movilización en la que asesinaron a Maximiliamo Kosteki y Darío Santillán, puntapié inicial para un cambio histórico.

Los jóvenes siempre han sido los enemigos del poder, porque los únicos que realmente piensan en el futuro del país son ellos, nadie más. Fueron en su mayoría jóvenes los desaparecidos por la dictadura militar del 76', como también los que lucharon en Malvinas contra los ingleses. Los sectores dominantes saben que son ellos los que representan una amenaza para su posición hegemónica, como hoy existen las luchas por el medio ambiente, por los animales o por los derechos de la mujer, entre otras, todas impulsadas por jóvenes.

 

Mientras que los sectores hegemónicos son desafiados por estas generaciones, el Estado suele estar ausente y despreocupado por una franja etaria que debería ser cuidada y potenciada. Así como hoy se descuida a los becarios del Conicet (sabiendo que el futuro del mundo está en la ciencia y la tecnología), también fueron descuidados los chicos de la fiesta Time Warp, la joven Yésica Uscamayta en el festejo clandestino de año nuevo o los casi 200 jóvenes que se llevó un boliche mal-habilitado en un recital de rock.

 

Rocanroles Sin Destino

 

Neuquén era el tercer recital en una semana. Atrás había quedado la fecha en la Provincia de Salta donde lo mejor de todo había sido el viaje de regreso, en el micro de Liniers, el único que había salido con tiempo contemplando la situación de la quema de pastizales en diferentes regiones del país. Era el año 2008 y Callejeros andaba de gira.

 

El miércoles eran realmente pocos los de Buenos Aires en el anfiteatro de San Luis y la bandera con el escudo de Claypole flameaba sin cesar ante un público que como él mismo siempre decía: Estaban ahí por "curiosos".

 

Pocos, o nadie, puede entender lo que realmente pasa por la cabeza de un pibe que siente como él sentía el Rock, como él sentía a Callejeros. Pocos, o nadie, podrán entender jamás por qué decidió quitarse la vida.

 

Nahuel sobrevivió a la tragedia de República Cromagnón siendo un adolescente, pero nunca sobrevivió a las secuelas que le quedaron luego de aquella noche. Si bien el número oficial de víctimas quedó clavado en 194, son muchos los que partieron en estos últimos años por los efectos que marcaron las vidas de aquellos que pudieron escapar de la denominada "trampa mortal".

 

En ese momento hubo un Estado ausente, una sucesión de hechos que permitieron que la tragedia ocurriera y que podría haber ocurrido en cualquier otro lugar y en cualquier otro momento, porque en las semanas siguientes se clausuraron más de 100 bares y boliches bailables por irregularidades.

 

El "descordinador", como le decían los más cercanos, inició el viaje a Neuquén con la misma energía de siempre. Tenía un don especial para lograr que todos se sintieran a gusto, que se formaran grupos de amigos, que todos se contagiaran de su amor por lo que estaban viviendo. Cada viaje era una nueva página en su libro de sentimientos.

 

Seguramente su decisión haya tenido que ver con lo que pasó aquella noche de 2004, cuando se apagaron las luces y pudo salir de pura casualidad cuando muchos de sus amigos no lograron hacerlo. Su mente, brillante, lo llevaron a ponerse al hombro la lucha por la inocencia de quienes él siempre supo, nada tenían que ver con lo ocurrido. Nahu siempre levantó la bandera "Callejeros Inocentes" y jamás dudó de que cuando de Justicia se trata, hay guiños por todos lados.

 

Caminos que tal vez hay que pasar

Los principales apuntados fueron los músicos, también jóvenes (el cantante tenía 24 años en ese momento), y el gerenciador del lugar, mientras que los políticos (excepto por el circo de la destitución de Anibal Ibarra) y las fuerzas de seguridad responsables, salieron prácticamente ilesos en lo judicial, ya que las condenas más duras fueron todas excarcelables. Una vez más, los jóvenes víctimas y los jóvenes acusados.

Realmente los jóvenes son el futuro, no sólo por una cuestión lógica del paso del tiempo, sino que las transformaciones sociales, culturales y sobre todo tecnológicas van generando una necesidad cada vez más urgente de recurrir a las nuevas generaciones para la implementación de mejoras en todos los campos productivos del país. La ciencia y la tecnología ya son el futuro y en el corto plazo serán aún más vitales a nivel mundial en general y para nuestro país en particular. Lamentablemente, el Estado sigue estando ausente, el famoso número "ni-ni" sigue creciendo y la accesibilidad a una buena educación se vuelve cada vez más limitada.

 

Nahu era realmente inteligente. Estudiaba, le iba bien, pero su pasión era su trabajo, el de coordinar micros de rock que llevan y traen fans a los recitales que bandas, como La Renga o el Indio Solari, brindan en el interior del país. Los recitales, o más bien las giras y los viajes, fueron conformando su nueva familia. Jamás dejó a alguno de los chicos de Luis Guillón sin la posibilidad de subirse al micro, jamás se negó a compartir un trago con aquel amigo de Claypole que no había aportado para el Fernet con Cola.

 

Fue en ese recital de Neuquén, en Abril del 2008, que el público sureño no fue muy receptivo por considerarlos “porteños” (pese a ser en la mayoría de los casos de Zona Sur), y fue precisamente Nahu el primero en defender a Damián, un amigo de larga data, cuando quiso colgar su bandera de Berazategui en la tribuna del Microestadio Ruca Che.

 

Vivió su vida sin dejar sus principios en la puerta, luchando por lo que creía justo y por lo que lo movilizaba. Era joven, demasiado joven para irse, pero seguramente vivió más aventuras y con más adrenalina que muchos que lo duplicaban en edad.

 

Quizás así deberían vivir su vida todos los jóvenes, como dijo Salvador Allende: "ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica", porque en esta generación recae el peso de tener que cambiar las cosas, de luchar por un futuro mejor, no sólo para sus hijos, sino para sí mismos.

 

Otro Viento Mejor

 

El mundo no ha mejorado, las estadísticas lo demuestran: el 1% de la población tiene más recursos que el 99% restante y la destrucción del planeta ha sido tal que si no se toman medidas urgentes los efectos del cambio climático podrían ser devastadores antes del año 2050. De manera que los Estados y los sectores dominantes (que en la mayoría de los casos dominan los gobiernos de turno), no han sido lo suficientemente responsables para cuidar ni al planeta, ni a sus poblaciones, siendo los jóvenes de hoy quienes salen a luchar por una vuelta de timón y un mundo más justo.

 

Por eso luchaba Nahu, por justicia. Por él, por sus amigos y su familia, por todos los que partieron y los que quedaron, porque a veces quedarse es más duro que partir. Durante estos 12 años en que aguantó la tragedia, la ruta fue su mejor aliada y sus amigos la familia callejera que lo acompañó en cada viaje para crear al “Ángel de los Sobrevivientes” que siempre seguirá vivo para todos los que alguna vez lo conocieron, porque “muerto es aquel que nadie recuerda” y Nahu será siempre recordado. 

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